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— 19 tun lado las entradas de limosnas y otros socó. rros de las labores día por día, y al otro las sali- das; haciendo al fin de cada mes la suma, resta y resumen, para que, al presentarlo á los Prela- dos en la Santa Pastoral Visita, con una simple ojeada, puedan comprender el estado actual de la Comunidad. Este libro, aunque lo lleve la Ma- dre Abadesa, al fin de cada año deben exami- narlo en conciencia y firmario la M. Vicaria y la Secretaria (1). 306. Habrá además dos libros menores, el uno para los nombramientos de Confesores y Capellanes, y el otro para las Hermandades. 307. Elarchivo ha de tener también sus ca- jones correspondientes, donde con todo orden y curiosidad se conserven las escrituras, licencias y documentos de la fundación del Convento, las comunicaciones y consultas con los Prelados, cuentas y noticias interesantes; partidas de Bau- tismo y confirmación de todas las religiosas y todos los documentos que revistan alguna im- portancia. 308. En la misma celda de la Superiora don- de está el archivo, se depositarán y colgarán las llaves que se usan pocas veces, y la segunda de cada oficina. El destino de estas llaves debe in- dicarse exactamente con rótulos pendientes de su anillo. Finalmente, en la misma celda se guardará el registro que contenga los nombres y noticias de los bienhechores para la limosna, y-las diversas notas que indiquen las limosnas que pueden recogerse en ciertas épocas del año. Estos detalles se transmitirán con fidelidad y franca integridad de una Abadesa á otra. (1) Parece excesivo el tiempo de un año para las revisiones; los Capuchinos la hacen cada dos meses. —(El Prelado Diocesano,)

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