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— 119— que están colocadas, y además tendrán un cua- dernito registro, donde se anoten los libros que se lleva cada religiosa, para en caso de hacer falta se sepa luego dónde están. 303. Todos los libros de algún valor é impor- tancia, deben tener en la primera, centésima y docentésima página, estampado el sello del Con- vento, con objeto de poder reclamarlos en caso de extravío ó exclaustración. 304. Las revistas de la Orden han de colo- carse en estantes especiales, y al concluir el to- mo deben hacerse encuadernar; pues de lo con- trario, fácilmente se pierden algunos números. Procuren hacerse con los libros de autores de la Orden que les sean convenientes y con los que de nuevo se van imprimiendo. Han de tener para todas estas cosas de la Orden un santo ce- lo y no han de perdonar sacrificio para procu- rarlas en el modo y grado que les corresponde. CAPÍTULO IX Archivo 305. En la segunda celda de la M. Abadesa, como ya se indicó, ha de estar el Archivo de la Comunidad, muy bien arreglado y todo puesto en perfecto orden. Ha de haber en él ocho grandes libros, del modo siguiente: 1.” Historia de la fundación Y Anales del Convento, en el cual deban asignar- se, por religiosas aptas, todas las cosas que ofrecen algún interés, tales como la recepción de personajes distinguidos, los sucesos notables prósperos y adversos y los nombres de bienhe- chores insignes que han contribuido con dona- tivos considerables al bien de la Comunidad, et- cétera. Si entre estos bienhechores los hubiere que hayan dejado buena memoria, digna de