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— 115— Señor Jesucristo. Y esto en voz inteligible, para que las demás puedan contestar. Las enfermas que están en la enfermería si van algún rato á la sala de labor, no necesitan licencia para salir, basta que hagan lo que se ha dicho de las que tienen oficinas. 294. Esfuércense todas las religiosas, sea cual fuere su cargo ú oficio, en acudir y perse- verar en cuanto sea posible en la sala de labor, porque de esta manera atraerán sobre su Comu- nidad muchas bendiciones y cumplirán con lo que se les manda en el cap. XVII de las Sagra- das Constituciones, donde después de explicar la prontitud y sumisión con que deben hacer cualquiera labor que les fuere encargada, que se debe emplear en el trabajo todas las horas que sobran delos Oficios Divinos, y que trabajen todas juntas, etc., etc.; por fin añade estas pre- ciosísimas palabras: «Es muy conveniente hagan hacienda y tra- bajen, porque así emplearán bien y loablemente el tiempo, huirán la ociosidad, eviterán parle- rías, guardarse han de tentaciones, tendrán más salud, cumplirán mejor lo que manda la Regla y podrán ganar buena parte de lo necesario para la vida humana, serán menos molestas á sus prójimos, no habrán menester tantas limosnas, serán dichosas y bienaventuradas, porque en parte comerán del trabajo de sus manos, por lo lo cual se gloriaba mucho el Apóstol San Pablo. Todos estos provechos y otros muchos resultan del trabajo y de la obra. »Y por el contrario, del ocio nacen muchos males, porque es distracción y perdición de to- dos los hombres, y particularísimamente de per- sonas religiosas, y mucho más de las que guar- dan tanta pobreza como capuchinas, etc.» 295. LABORES.—Pueden dedicarse é todas las que son propias de su sexo, ya para la Comuni- dad, ya como se ha dicho para ayuda de su po- breza. Trabajen todas fiel y devotamente, pero
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