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— 111— aquel Convento, señaladas con un rótulo qué contenga el nombre de cada una, en las cuales la religiosa coloca el hábito que actualmente no usa, después que lo ha lavado convenientemen- te y cosido Óó remendado por sí, Ó por medio de otra si es religiosa anciana, Prelada, enferma 6 por alguna causa dispensada por la Superiora, 280. Para evitar que las religiosas pierdan mucho tiempo cosiendo sus hábitos, las Prela- das pueden procurar para las roperías una má- quina de coser, con la condición de que no la usen más que las que saben manejarla. Y aquí conviene notar que las hermanas legas y las jóvenes coristas, deben prestarse para coser los objetos de las Madres y de otras que la Superiora determine. 281. La provisión de hábitos, sayas y man- tos, pertenece á la M. Abadesa, quien debe pro- curar la uniformidad en la calidad, color etc. de todos los hábitos, sin distinción de coristasó novicias, Madres ó legas. También cuidará de proveer á cada religiosa de alpargatas, túnicas, cuerda, pañuelos nuevos y demás, siempre que haya necesidad. 282. En esta ropería tendrán también un puesto Ó tablado apropósito, para tener bien acomodadas en tiempo de verano, las mantas que las religiosas usan en tiempo de invierno; procurando antes de llevarlas, quitarles muy bien el polvo. Art. 2.*.—Ropería de lo blanco. 283. Como las telas de lana exigen, para evitar la polilla, un lugar fresco y que se tenga con poca luz y la ropa blanca por el contrario necesita claridad; por eso se usa entre las reli- giosas tener otra segunda ropería que llaman de «lo blanco», destinada exclusivamente á las to- cas y lienzos necesarios para la limpieza. 284. Ha de haber en ella en armario muy
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