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= 107 —= ni se manchen tan fácilmente, ni fomenten la falta de limpieza, y deben cambiarse con fre- cuencia, para que nunca muevan á náusea ó indiquen falta de cuidado y mala educación en las que los usan. 270. Los platos han de ser decentes pero sin lujo, y de un color claro y limpio, pudiendo también ser de metal, como se usan en muchas casas religiosas y de beneficencia, donde brillan la pobreza y economía con un esmerado aseo. Las tazas pueden ser de la misma materia, do- minando el color blanco sin lujo. Las cucharas y tenedores han de ser de madera y procure la refitolera mantenerlos siempre muy limpios. El tenedor que tenga alguna punta rota, no debe darse á otra religiosa; como tampoco los platos tan gastados que les falte el barniz, y deben retirarse del uso del refectorio. Y como el fuego fácilmente hace saltar el barniz, para conservar caliente la comida de las que faltan nunca debe ponerse en platos cuyo barniz pueda perderse, y en este caso la cocinera sírvase de otros. La batería de cocina, principalmente la de cobre, debe mantenerse siempre luciente y seca, para que no se forme cardenillo, etc.,- y la her- mana que fuere negligente en esto, sería res- ponsable ante Dios de cualquier indisposición ó percance que pudiese resultar á la Comunidad. 271. Las provisiones de repuesto, especial- mente la carne y el pescado, han de estar bien resguardadas, poniendo, si es necesario, una tela metálica en el armario, á fin de garantirlas de los mosquitos y otros bichos. Los desperdi- cios de legumbres y verduras, han de sacarse de la cocina lo más pronto posible para que no produzcan mal olor; y al barrer la cocina, debe sacarse inmediatamente la basura, sin dejarla en los rincones. Para mayor limpieza, donde fácilmente pueda hacerse sin gastos notables, conviene cubrir la parte inferior de la pared con azulejos de un color claro y sencillo,

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