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$ y E ¿ BP ñ ñ —— TS teniendo con la mano izquierda el plato ó escuú- dilla, fregará bien con la derecha. Habiendo fregado con agua caliente, limpiará después platos y escudilias en agua clara, y por último, pondrá cada cosa en su lugar. 267. Cuando son dos las que hacen este ejer- cicio, la hermana lega, ó la más moderna, ha de fregar en el agua caliente, á no ser que la más antigua quisiera hacerlo. Mientras están fregando se han de dar gra- cias y, concluídas, decir las Letanías de Nuestra Señora y otras devociones. Acabado el ejercicio, allí mismo se dirá: Sea por amor de Dios. 268. Cuando la que ha de lavar ó su compa- ñera, están impedidas, deben ellas mismas ó alguna que note la cosa, ir á avisar á la Prelada en voz baja, y entonces le suplen las hermanas legas profesas más jóvenes de hábito. Se ad- vierte finalmente que el lavar las ollas y otros instrumentos de cocina pertenece á las herma- nas legas, quienes deben esforzarse en ayudar á las cocineras en esto, para que de una parte no se haga gravoso á la cocinera el lavar mu- cho, y de otra puedan las Madres ó jóvenes que laven, reunirse pronto á la Comunidad. Cuando hay una corista que lava los platos, no debe la hermana lega, por antigua que sea, dirigir las oraciones que se rezan en aquella circunstancia. CAPÍTULO IV Cocina 269. La cocina exige mucha limpieza, y una de las principales cualidades de la cocinera ca- puchina ha de consistir en no poder sufrir la menor falta de aseo en la cocina y en cuantos instrumentos y cosas sirven en ella. Los delan- tales han de ser de un color azul ú oscuro, que
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