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Es 105 las con la mano por el pezón. El melón también se tomará con la mano. Y si la fruta estuviere sobre alguna hoja, entonces tómese la hoja y hágase caer la fruta en la cesta, dejando des- pués la hoja sobre la mesa. Si hay alguna reli- giosa que está comiendo, procuren no quitarle cosa alguna de lo que necesite, y lo mismo si al- guna no ha ido todavía á comer, dejen la fruta, el pan y todo lo que tiene preparado. Recogido ya lo de las mesas, se han de barrer y después enjugar bien con unos paños destinados para eso; y vayan.con cuidado que limpiando las me- sas no se ensucien las mangas del hábito; por esto con la mano que está suelta recogerán la manga del otro brazo. 263. Después de limpiar las mesas, la Supe- riora dará tres golpes (á los que responde la teja con otros tantos) y todas se levantarán ha- ciendo antes una cruz con el pulgar de la mano derecha sobre la servilleta y, besándola, saldrán de la mesa y se pondrán en dos hileras, en pie, de cara unas á otras, para dar las gracias. 264. El lavar los platos va por turno, empe- zando la Superiora y siguiéndole las demás por orden, advirtiendo que se empieza el domingo en la comida y se concluye el sábado. 265. La religiosa, pues, á quien tocare la var, acabando de comer, después de haber dicho el Pater noster y Ave María y hecha la inclinación á la imagen del refectorio, se saldrá de la mesa, besará en tierra y llevando platos y escudillas á la ventanilla, empezando por la Prelada, hará la inclinación acostumbrada y se irá á la cocina. 266. Entrando en ella, dirá: Sea alabado Nuestro Señor Jesucristo. Quitado el manto, si le lleva, rezará el Ave María arrodillada y luego, enfaldándose, se pondrá el delantal. Después de esto echará agua caliente (de que cuidará la cocinera esté bien caliente) á la pila, pondrá en ella los platos, cuidando mucho no se echen con los platos huesos, espinas, elc., y

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