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10. El restaurador de la Orden en su patria En España la situación política es– taba cambiando profundamente en aquellos momentos. Desaparecida la rebelión del norte y proclamado Al– fonso XII, se habían restablecido las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, y reconocido el catolicismo como religión del Estado. La reina Isa– bel II se interesó, desde su destierro francés, a instancia del padre Esteban, 28 por la vuelta de los capuchinos a la pe– nínsula. El Gobierno no se opondría a que fundaran, con tal que no fuera en la zona dominada antes por el carlismo. En septiembre de 1876 y durante uno de sus viajes de misión por Nava– rra, volvió a su pueblo natal, al cabo de casi cincuenta años. Su inesperada apa– rición , con aquel continente aún más inesperado - barba blanca hasta la cin– tura, hábito de capuchino, el crucifijo al pecho ... - llenaron de emoción a pro– pios y extraños. El obispo de Pamplona le encomendó una campaña misional por toda la diócesis, trabajo que realizó con el mayor éxito, con la colaboración El principal apostolado del hermano menor es vivir en el mundo la vida evangélica en verdad, sencillez y alegría. Capuchinos, Const. 145,2 Regreso a la patria.

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