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- 71 - vengan, si, que yo he de ser agradecido, y acordándome de ese trono de misericordias que tienes establecido en tu Santuario de· la. Langosta, te prometo ser tu sincero devoto. As! Jo mereces, Madre caritiosa; asi nos con– viene, influyente Reina celestial; y acredi– tando que ya te amamos, que ya te venera– mos y que á tu amparo nos acogemos, oye cómo sale de nuestro'Jabio el mismo parabién y saludo que un día se te envió del cielo. Dios te salve, il,farla, etc., efe. Oración ñn'll y de despedid1, para el último día del Novenario ¡Potentísima Seilora, Virgen Sacrosanta y Madre divina!, terminado há el piadoso ejer– cicio de los nueve días con que ha pretendido obsequiarte mi devoto corazón; ahora sólo resta y sólo ambiciona mi alma, Madre ama– bilísima, que haya conseguido agradaros con sus fervores y con sus visitas Mi despedida ya en este último dia debe ser más tierna y ex– presiva, diciéndoos que, al dejar vuestra pre– sencia amada, llevo conmigo ese grande amor que siento á vuestra excelsa y divina mater– nidad. Me marcho, sí, dulcísima Maria, pero ahí te dejo, á los pies de tu bendita Imagen de la Langosta, ahi te dejo, autorizado con las huellas que en estos días han impreso en él los latidos de mi enamorado corazón, el memorial de todas mis súplicas, la solicitud

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