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- 60 - de Dios!! Con esta tu conducta nos haces apreoder ¡Preceptora divina!, que Ja vida espiritual y la perfección más elevada, no deben ser causa para alejarnos do los favores y buenos servicios al prójimo, conforme se los podamos prestar, según nuestro estado y eondición, que las obras de caridad corpora• les y espirituales deben ser el fruto exterior de nuestro amor á Dios, ya que su divina ley se encierra en estos dos mandamientos: Que– rerle á El más que á todas las demás cosas, y al prójimo como á nosotros mismos, por amor de El. Que Ja vida cristiana, en fin, se inicia por la contemplación y estudio de su– blimes verdades, y se integra y desarrolla, por una caritativa acción social. Aliéntanos, pues, con tu gracia, :Madre querida, aliénta– nos á practicar esta buena lección que uos dais, y á fuerza de repetirla, adquiramos la sublime virtud de la cristiana caridad, Ya que tenemos aprendido que todos somos her– manos de nna misma familia, anillos de una misma cadena, piezas 6 resorles de un mismo mecanismo, inspiranos y haznos hábiles para .consagrar caritativos servicios á nuestros prójimos, como medio este muy seguro de agradar á Dios en la persona de nuestros hermanos. Sea esta la gracia que hoy nos concede vuestro maternal cariño, después de repetiros una vez más esta felicitación y ce– lestial saludo: Dios te sall'e, Maria, ele., etc.

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