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- 55 - estos enérgicos afectos, volamos á tu Santua– rio de la Langosta, y ya postrados ante tu imagen por muchos siglos venerada., é influi– dos por la vislumbre confustl, de tu brillante gloria, como ciego quo abriendo súbitamente sus ojos:\ la luz hermosa, balbucea incons– cioutes exclamaciones de gratisima sorpresa, movemos ardorosamente nuestra. lengua para alabaros diciendo que sois: paraíso de deli– cias celestiales, trono excelso en que reposó el Rey inmortal de loa siglos, resplandor bri– llante que alumbra los cielos, ilustra la tierra y destierra las tinieblas al abismo, y luz inex– tinguible y hermosa, que procediendo pura y sin mancilla de la boca del Altísimo, guías á los extraviados, consuelas á los afligidos, ali– vias á los necesitados, alegras ,\ los Angeles y reg·ocijas á los Santos y BienaYenturados. Y así conociéndote ¡oh Madre pur!sima! y así alabándote como te conocemos, y amán– dote cual te alabamos, nos alienta la esperan– za de probar los efectos de tu poder, ganan· dolo seguramente si escucháis propicia. cómo nuestro labio os dirige y repite con gran fer– vor la angélica salutación del «Ave Maria». Después de esta oración propia del día, récense tres Al'e Marias, con un Gloria Patri, y terminado lo cual, procédase á concluir con la siguiente oración. Orociónnnol poro todos los dios Reina de cielos y tierra, abogada y Patro– na de esta religiosa comarca, que desde vues-

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