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- 41 - ha. sucedido en cuilnto á fo espiritual, ó sea al culto que en todos los tiempos se ha tribu– tado á esta ~oberana Sonora en su sagrada residencia. A rair. de las calamidades públicas por las que en distintas épocas há11se visto agobiados algunos pueblos, espontúnea.mente y llevados de esa fe y religiosidad que en días aciagos fermenta. en el corazón de los vel'cla.deros cris– tianos, hánse ofrecido á visitar anual y perpe– tuamente en procesión esta. Ermita, como lo vienen practicando la mayor parte de los per · tenecientes A la. IIermanda.d, como ya hemos dicho. 1,:1 honroeisimo dtulo que ostenta, según se refiere en el capitulo III, es de bido á la singular protección que esta Di"vina Senora ba dispcns.~do á esta comarca desde los primeros tiempos coutra el terrible azote de la langost;t, contándose cutre los pueblos favorecidos, ii la invict:i. y católica. ciudad de Zaragoza, que viéndose en cierta, ocasión cas– tigada. por Lan funesta plaga, determinó lle– ,·arse en procesión la Sagrada Imagen á di– cha ciudad para dedicarle BQlemnes cultos por espacio de nueve dias y ofrecerlo sus dones con la mayor munificencia, y con solo hacer tales ofrecimientos con el fervor propio de quien sufre los rigores de la Justicia Dh•ina, animados de aquella sana y pura. intención, lograron alca.nzar por intercesión de la Vir– gen Santisima., el verse libres del azote y en agradecimiento á tao inmenso beneficio, rega– laron seis grandes cirios para que ardiendo