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-50- afio 1691 y por consiguientE> transcurrieron más de doce anos desde que el Capellán se– flor Bernad formalizó su compromiso, por lo que rogamos á nuestros amados lectores ten– gan en cuenta que las naves laterales no se terminaron hasta el ano expresado. Nunca entró ep nuestra mente el proceder arbitra– riamente en la narración histórica de los he– chos, sino guiados única y exclusivaml:}nte por datos irrefutables y antecedentes que nos merecen entero crédito por su origen fidedig– no, como ya dijimos en otro lugar.) Una vez terminadas las obras de amplia– .ción, había necesidad de poner altares al me– nos en el presbiterio y en los frentes del cru– cero y á este efecto, preventivamente, en el mes de mayo de dicho ano 1678, se concertó el altar de la venida de la Virgen del Pilar á .Zaragoza (que ocupa el frente del crucero de la derecha) con el escultor de Barrachina José Ascoz, en la cantidad de 3ó0 libras ja– quesas (1647 pesetas próximamente), cuya obra. Cué ejecutada con el mayor gusto, pues su mérito artlstico se revela en lo raro, con– fuso y exquisito de su admirable talla, que á juicio de los inteligentes es de grnu valor y á su vez pone de relieve el gran talento de su autor. En el centro de su primer cuerpo se admira un hermoso lienzo que representa la indicada venida de la Virgen á Zaragoza con el grupo de los siete convertidos siguiendo a.l apóstol Santiago y en el segundo cuerpo hay otro cuadro más reducido que figura la im-