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A lin llg n e M o n eilerio d e ,el empleo de mis trabajos, cárcel donde encadenando mi hbertady cebre libertad de mispriftones ; eres depofitana rica de m is dejjéos,cambio.de mis obras, jardin de mico^ fuelo,entretenimientoÁe misguJlos,feria quepara elcie^ loguardas lospagos,muerte de mi Vtda^q en la Vida eter- mtienesel grangeo. Adhaercatlingua mea faucibus m e is í non m em inero cui;«o hagami dtfcurfo los dif- Qurfos concertados,ni acudan losfentidos alminijlerio de fm placas,fi de ti me oluidare. Ejios fo n losprimerosfru - tos que en ti he dado,y a ti Huerta mia,xomo a cuyosfon de derechojosofrei^co: quifterayo quefueran mas llenos deíe^úritu que en tu efcuela fe aprende y profejfa : pero c o m o , S . Fulgencio ,m puedeniodos loi arboles dar ygualesfrutos: qualesfmjtelosofre^ocon harta, confu- fo n , que de tal Huerta/alga tan ruynplanta ,• harto cu­ bierto el roflro de Vergüenza,que dejdr^rifah deleytofo, na^^ca cofa de tanpocojugo:pero harto es auercomen¡a^ do,a quien tanpocopuede.Supla elferuor del fuego tuyo, la ttbie;^a de mifif^iritu taneladoyfrió,para quefe infla^ rnenlos.que eíle libro leyeren, y plega al SeñorH uerta fanta , que fl Hortelano delcielo de talfuerte te beneficie en la tierra,que todos tus miembrosgo^mos deeternaglo /la en el cielo. Fr. Lorengo de Zamora. P R O -

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