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ao Phe 3.° A este estilo 6 sea al Renacimiento en su primer pe- riodo, corresponde el retablo que motiva estas lineas, obra de una labra delicadisima en todo el conjunto y detalles. Su for- ma es 4 manera de triptico, pero implegable, con una eleva- cién de diez metros por cinco de ancho, es decir, poco menos que la altura def templo en que se halla. Esta constituido por dos cuerpos 6 pisos separados por impostas corridas, y por entables 6 cornisamentos que ostentan en el centro un frontén con su correspondiente timpano limitado por cornisa semicircular partida y que termina por dos rosetones de fina labra. Por coronamiento lleva el Retablo un cuadro que repre- senta el Calvario, y sobre él otro frontén, sostenido por mo- dillones de poco aguante, y 4 ambos lados del cuadro unas flechas 6 chapiteles de adorno. Sobre los cornisamentos que separan los pisos hay unas platabandas, 6 fajas, de cortas di- mensiones con realces de imagenes sedentes. Cada piso cons- ta de seis columnas disminuidas, de basa Etrusca, una 4 cada lado y dos geminadas en el centro, sobre un lado comtin pris- matico y de estrias rectas hasta casi la mitad del fuste, desde donde ascienden luego en espiral 6 curvadas, hasta el capi- tel, que es de forma corintia, compuesto de hojas de acanto y Abaco chaflanado. 4.° El primer cuerpo esta integrado con dos cuadros que representan, de izquierda 4 derecha, 4 S. Veremundo elevan- do la Sagrada forma en el acto de celebrar el santo sacrificio, alusivo al milagro realizado por el ilustre Taumatur- go navarro, cuando alimenté 4 ingente muchedumbre con solo el roce del suave aleteo de una paloma misteriosa que se vé en el dngulo superior a la izquierda del conjunto; el otro cuadro evoca el triunfo de la Santa Cruz, 6 batalla de las Navas, y en el centro, sobre el altar, esta el artistico taber- ica asia sascha