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ey cristiana, y el poder maravilloso que con el Todopoderoso tienen los Santos del Cristianismo. «Pedid y recibiréis». Son palabras de Jesucristo, que se cumplen cuando la plegaria lle- va consigo las debidas condiciones. 7.° Esto debe estimular a los hijos de esta Villa 4 con- solidar mas y mas su devoci6n al glorioso Protector que des- de el cielo oye sus clamores, y les otorga el remedio en sus necesidades. Los que en la existencia nos precedieron pusieron en El su confianza, y transmitieron a sus hijos esta devocién al in- signe S. Veremundo; los que en la actualidad vivimos, debe- mos dejar como la mejor herencia 4 los que en pos de noso- tros van viniendo, esa misma devocién y confianza. Nobleza obliga. Si el glorioso Santo mira desde el cielo por Villatuer- ta, Villatuerta debe corresponder con amores y obsequios 4 su celestial Patrono. 8.° Cerraremos este capitulo cantando en obsequio al esclarecido S. Veremundo el himno que el pueblo judio canté 4 su libertadora, la decapitadora de Holofernes: «Tu eres, S. Veremundo, la gloria de Villatuerta; ti eres la alegria de nuestro pueblo; ti nuestra honra mds preciada. A ti sea dada la gloria y el honor por los hijos de este pueblo que te ama».
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