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CAPITULO IX Villatuerta por San Veremundo 1.° Razon de este capitulo.—2.° Patria y nacimiento del Santo.—3.° Devocién de Villatuerta a S. Veremundo —4.° Mads testimonios.—5,.° La Santa reliquia.— 6.° Altar del Santo. 1.° Esbozando, como lo vamos haciendo, la historia de Villatuerta, no podemos pasar por alto lo que se refiere al ilustre Abad de Irache S. Veremundo. Ni la actual, ni las fu- turas generaciones nos perdonarian esta omisién. Fuera de que no es posible incurrir en ella, porque Villatuerta y San Veremundo son dos cosas que se identifican, como se identi- fican la madre con el hijo a quien di6é el ser. Hay, no obstan- te, una dificultad, y es lo mucho que se ha escrito de este glorioso Santo por plumas mejor cortadas que la que usamos, aunque no mas entusiastas. Por dondequiera que vayamos, nos han precedido otros, y no hay camino nuevo para reco- trer. Por este motivo nos concretaremos a historiar lo que esta antigua Villa ha hecho por el Santo.. 2.° Nada podemos decir, afirmando, del feliz solar que le vid nacer. Dos pueblos, Arellano y Villatuerta, le llaman y tienen por hijo suyo, pero quién de los dos tenga la prefe- rencia es punto obscuro. Ni el R. P. Miguel Soto de Sando- vol, Abad de Irache, autor de la vida mds completa que se ha escrito del Santo, y que en el archivo del célebre monasterio compulsé los documentos alli existentes; ni el Cardenal Agui- tre que suministré los datos que los Bolandos consignaron en su obra ciclépea, ni otro ninguno, hasta la fecha, han hecho luz sobre este punto obscuro de la vida del insigne Taumatntgo.
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