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Saas 4.° El rey Carlos V de Francia hacia tiempo que mira- ba con desdén, y aun con animo de venganza, a su cufiado el rey de Navarra Carlos II. Cohonestaba esta aptitud por que- jas o agravios que decia tener recibidos; pero la Historia se- fiala como una de las causas principales de su aversién al Rey Navarro los grandes estados que éste tenia en el cora- zon del territorio francés, y de los que pretendia despojarle, para quedar duefio absoluto sin competidor extranjero. Para conseguir este intento, el rey de Francia hizo gran- de alianza y entablé amistad con el de Castilla D. Enrique y de éste se valié para que le ayudara a destronar al de Nava- rra no solo de los dominios de Francia, sino también, si pu- diera ser, aun de lus de Navarra. Declarada la guerra entre D. Enrique y Carlos Il, las ar- mas no fueron favorables a éste, pues los Castellanos se es- tendieron por gran parte de su territorio, destruyendo con in- cendios y devastaciones muchos pueblos, entre ellos Artajona, Larraga y otros de importancia. ; Respecto a Villatuerta, dice Yanguas Miranda, fué abra- sada por las llamas. destruidos sus campos, robados sus ga- nados y cometidos otros desmanes 4 que se lanzan los vence- dores, y en tan lastimoso estado qued6 la Villa, que compa- decido el rey Carlos II perdoné a sus moradores la mitad de la pecha del afio en que esto sucedia, que fué en 1378 y la tercera parte de la correspondiente al afio siguiente. (1) 5.° Al fallecimiento de Carlos III, apedillado el Noble, _ sucedié su hija D." Blanca, casada con D. Juan, hijo de Fer- nando I de Aragon, por cuyo casamiento tom6 el dicho Don Juan las riendas del gobierno de Navarra. Era este rey de ca- racter pendenciero, y, segtin los historiadores del Reino, ami- go de guerras. Debido a ésto, fueron muchas las que hubo de (1) Yanguas «Diccionario de antiguedades de Navarra».

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