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nem nt posicién alguna limosna para el culto. Esta promesa hecha por el Ayuntamiento y pueblo con toda formalidad se consig- né en la dicha exposicién. Leida ésta por el Sr. Obispo a la sazén D. Severo Adria- ni, y vistas las razones que alegaba el Parroco y la promesa del vecindario, condoné aquella deuda," teniendo presente dice, los sentimientos religiosos que han demostrado siempre los fieles de Villatuerta; pero urgiendo al Sr. Cu- ra Parroco, y 4 los que en tiempos le sucedieren en el cargo, que vigilara por el cumplimiento de la promesa hecha por el Ayuntamiento y vecindario. Pasaron de ésto algunos afios que fueron desgraciada- mente malos para el pueblo, pues tres seguidos no pudieron recoger ni la semilla que arrojaron, y el cuarto tampoco, por la abundancia de aguas que siguié 4 la anterior sequia, y en- tonces el mismo Paérroco recurrié6 segunda vez suplicando 4 su Iitma. rebajara a 100, los 200 duros que habia prometido entregar el pueblo a la Iglesia. El Prelado accedié también en esta ocasién, pero inculcando el cumplimiento de dichos 100 duros anuales, y el socorro en casos extraordinarios y ayuda particular de los fieles. Esta concesién fué hecha el afio 1884. 5.° Por lo arriba expuesto se vé que la Parroquia 4 mas de cumplir el fin principal de su institucién, que es el bien es- piritual y salvacién de sus hijos, no descuida lo temporal como buena y carifiosa Madre. Veamos cémo ha correspondido la feligresia 4 ésta soli- licitud de su Parroquia. Y no jpodemos menos de declarar, porque asi es en justicia, que Villatuerta, su Ayuntamiento y vecindario han venido dando pruebas de amor y de interés en todo lo que se refiere 4 su amado templo parroquial con un entusiasmo y devocién que por pocos pueblos sera superado. Conducta que no puede menos de ser alabada, pues es indi-