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= descuida aquello, siempre que le pueda servir como instrumen- to para sus fines sobrenaturales. Por éso bendice y fomenta, y hoy mds que nunca, las obras sociales, y bajo su influencia quiere que se instituyan y desenvuelvan las cajas catélicas. los sindicatos, cooperati- vas y otras entidades de este género, y concretdéndonos 4 Villatuerta, vamos a demostrar esta ayuda material respecto 4 esta feligresia. Antes de la supresién de los diezmos y primicias, éstos eran un ingreso en la Parroquia para el desenvolvimiento del culto. De las primicias 6 de lo recolectado por ellas, se enju- gaban los gastos del culto, Fabrica y personal. En los periodos de las guerras, de que ya hemos habla- do, la Villa vié agotarse su erario y fondos por las exaccio- nes y contribuciones que se le imponian, y hubo de acudir 4 la Parroquia en demanda de ayuda pecuniaria para hacer frente 4 aquella situaci6n. La Parroquia, con la autorizacién de la Superioridad eclesidstica, iba adelantando al pueblo de lo recolectado por las primicias, llegando a la cantidad de 41.000 reales que la Villa adeudaba 4 su Parroquia. Terminaron las guerras, pero se sucedieron malos ajfios, segtin exponia al Prelado el Parroco D. José Azagra, y la deuda permanecia en pie sin medio de cancelarse por la impo- sibilidad del erario municipal. Esta situacién motivé la exposicién de dicho Sr. Parroco de que antes hemos hablado, y en la que pedia al Sr. Obispo “condonara la expresada deuda. Para obligar al Prelado habia- se reunido el Ayuntamiento y el pueblo y habian convenido en dar a la Iglesia 200 duros anuales, ayudarla en casos ex- traordinarios en que lo necesitara para alguna obra, y dar to- dos los vecinos particularmente, todos los afios y segtin su
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