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80 Colorin Colorado mona y su marido y quedé, con esto, la casa con un solo hNabitante dentro de ella. Mas de media hora estuvo Andrés oculto en su escondite, para dar lugar a que la gente lo tuviera de recogerse en el templio a oir la Misa solemne de aquel dia. El rapaz era victima en aquellos instantes de una impre- sién nueva y tremenda. Le paipitaba el corazén fuertemente y la sangre le daba en las sienes cada martillazo que le aturdia. Pero resuelto a todo, cuando ei absoluto silencio le demos- tré que no transitaba ni un alma por la calle, salidé, arrastran- dose, de su gazapera, y rapidamente (porque no habia tiempo que perder) bajé a la cuadra, descolgé una destralica de mano que habia en la pared, hizo con una rama de eno'no un ga- rrote de medio metro de longitud, sin que le faltara su agarra- dero en un extremo, lo empufié gallardamente con la mano derecha, después de escupirsela bien, y, paso ante paso, se encaminé al lugar de la batalla, palido de emocién, aunque sin i pizea de miedo. Pero ;0h desgracia de las desgracias! Al dar un empujon a la puerta del granero para colarse dentro de él, la puerta no cédié. Su padre la habia cerrado, levandose la liave. Se lanzé entonces el rapaz contra ella como disparado por una catapulta, retrasaéndose para eso varios metros y... jnada! A la tremenda embestida temblé hasta e! tabique, pero la puerta no se abrid. Profundamente contrariado, se detuvo por unos instantes con el garrote en la mano, perplejo y sin saber qué hacer. : Porque el caso es que él tenia prisa, y ademas la boca se le hacia agua y hasta blandia Inconscientemente el chuzo al contemplar las caras de aquelics dos bandidos que por el ojo de la cerradura se veian perfectamente bien. Empezé entonces a recorrer la habitacién, dando paseos en corto, y trazando, como agitado por un torbellino, toda clase | de figuras geométricas, mientras torturaba su inteligencia pa- ra encontrar un recurso que le pusiera la presa al alcance de sus Iiras. Pero el recurso no Ilegaba. Y ya iba a abandonar el plan por irrealizable, cuando subi- tamente dié un salto de loca alegria, exclamando al mismo