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____ por Pepito Reyes See a que todas vibrando en Ia misma cuerda, en la cuerda de ta melancolia. Ya me disponia a abandonar. aquel lugar respetable y santo por tantos motivos, cuando, casi sin darme cuenta se detu- vieron mis pasos ante un mausoleo, que por su grandeza y por su riqueza artistica, me Ilamé poderosamente la atencidn. No podria describirselo al lector, porque los treinta afios transcurridos desde entonces me lo han borrado de la fanta- sia; pero recuerdo que pasé un buen rato mirandolo y asom- brandome de sus bellezas arquitecténicas, después de lo cual dirigi mi vista al interior de la tumba, cuya plancha de hierro eéstaba casualmente levantada. No se velia nada alli. No se “veian” mas que tinieblas, De pie y al borde de aquella especie de abismo imponente y Obscuro que pareécia no tener fondo, senti que mi imaginacién volvia por si misma atraés en el curso del tiempo, y dejé a mi inteligencia sumergirse poco a poco en un mundo de re- cuerdos, bafiados de tristeza. j;Cémo pasan los afios, decia para mi, con la vista clavada en aquel vacio tenebroso, y qué cambios tan radicales Obran al pasar, en las personas y en las cosas! Aqui estan los restos de una familia que hasta hace poco vivia, s€ movia y trabajaba en la ciudad, agitadas sus almas por mil preocupaciones, ilusiones y esperanzas. Pero la muerte los ha arrébatado a todos, como el huracan las hojas secas del bosque, y los ha reunido en este lugar reduciéndolos, ademas, al silencio. Esta @s ahora su residencia-hogar con los fuegos apagados, y todos los familiares muertos. Ni se mueven, ni hablan, ni se rien, ni siquiera Horan. Ni saben que hay aqui en este instante un hombre vivo, Si hace pocos afios hubiera yo hecho sonar el timbre a la puerta de su casa, habrian acudido en seguida para recibirme; pero ahora, aunque ie Ilamase a cada uno por su nombre, y a gritos, nadie me responderia. ;Este si que es el silencio de los sepulcros! Por estas regiones sombrias iban vagando libremente mis pensamientos, curloso lector, cuando ilegé hata mis oldos con toda claridad un ruido extrafio, salido del fondo de la sepul- tura. Me quedé yerto al percibirlo, paréndoseme instantaneamen-

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