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5A Colo, in Colorado historia de esta familia. —Para los dos hay, contesté Rufino; y ademas, yo ya voy bueno. Se proveyo entonces Fernando de su correspondiente herra- mienta, y alli, mano a mano los dos comensales, con poca luz y mucho silencio, pero masticando bien y a conciencia, fueron trasegando a sus estomagos ei gallo Legor, pi€za por pieza, hasta no dejar de él mas que el cuello, los huesos y la salsa. Se dirigid entonces Fernando a un armario, sacd una bo- » tella de Jerez y se arrearon ios dos hermanos, apuntando hacia el techo, su buen lamparillazo. Acto continuo, abrid Fernando la puerta donde el gato es- taba encerrado, lo agarré por ei cerviguillo, y sentandose nue- vamente, dijo a Rufino: Ya ves, hermano mio, que la aventura, sin ser convenida, mo nos ha salido del todo mal. Cierto que la comida de los re- yes me ha parecido a mi un poco durilla; pero al fin, nuestros @stémagos estan como conviene, y el pucherico hazte cuenta que vacio. Pues bueno, ahora hace falta que la culpa de esta travesura se la Hleve este criminal que tengo yo en este ins- tante atrapado entre las manos. Verdad es que en esta ocasion no ta tiene; pero zcuantas veces no la ha tenido? z,Cuantos filetes no nos ha tlevado de la parrilia? zCuantas morcillas del puchero? Pues ahora las pa- gara todas juntas. Yo diré, a la uma, a las dos, a las tres; y al decir a las tres, tiramos hasta la béveda, yo el gato y tu ese pote, y... ;hospa, en seguida a la cama los dos, como una cen- tella! zEstamos? Rufino contesté que si. ~Vamos a ver, pues, qué tal nos sale. ;Atencién, mucha aten- cién, que ahora mismo va! ;A la una! ;A las dos! [A las... tres! iPim! ;Paum! ;Chaas! ;Miauuuu! . —jMama, mama! grité en el acto Elvirita desde su habita- cién, el gato ha pasado por el corredor, echando chispas y con la cola tiesa! : —jAy, Virgen Santisima! respondio dofia Bianca desde su aleoba, algo grave ha pasado aqui, porque ademas se ha oido un ruldo grande. ;Josefa, levantate en s€guida! ;Fernando, Ru- fino, Carmen, levantaos todos! jJestis Dios mio, para sustos no ganamos en esta casa! Oyese inmediatamente un chirrido de camas, arrastre de pies, golpés de calzado, y tres minutos después, ya acudia en trope! toda la familia, a la puerta de la sala.