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por Pepito Reyes 31 ponemos todos a la redonda con la cuchara en la mano, y, ven- ga dale alll, hasta que de tanto comer’ patatas nos quedamos todos que no podemos ni alentar. : Te rodean luego los nietos con mil lagoterias, y uno te se sube... (; Tenle, chato, tenle, que te se apodera! ; Ah, vaina, que delicao tienes el morro también tu que por una mata te echas a medijo lao!) Pues, como decia, te se ponen los nietos alrededor, y uno te Fes, otre *s se sienta en las rodillas y el mas pequefio te se suce por .-, costillas arriba... a veces también ya te hacen r-biar, pero ellos son buenos... y el yerno también. Las cosas hay que decir como son. Ei yerno @€s mucho bueno. No nos po- demos quejar. A la Teodora le digo muchas veces: “No nos po- demos quejar”. Atras, morico atras; atras, atras. jAmos!... ~No da gusto ver trabajar a.estos animales? Tol dia. tirando, causi sin parar, y sin. echar ni la espuma por la boca, El doble de lo que valen si me Gfrecerian ahora mismo, no jos daba! Pues, como iba diciendo, el yerno es bueno de por si, y de buen genial. Pero busca otro por el pueblo, aunque sea con candil, y no lo encontraraés. Porque la Juventud se ha puesto mucho mala, ;mucho! y yo no sé en qué va a parar esto. ; Paice a lo que éramos €n mi tiempo! Otra religién habia entonces y otro... en fin, que éramos de otra manera. jClaro! que ellos dicen “;Oh Vdes. los viejos todo lo Pm su tiempo no hacen mas que emponderarlo” No, sefior; las cosas en su puesto, y la verdad por delante. ,Cuando se ha visto ef lujo que hay ahora y los vestuarios que Ilevan las mujeres? 2Y¥ el gasto que eso requiere? 4No es vergiienza que vaya un hom- bre al monte a hacer una carga de lefia, y que después de ha- cerla y venderla, todo lo que aquel hombre ha ganau en tol dia, sudando y desarrifionandose, se lo gaste la hija en com- prarse un par de medies y una peineta? Pues... glos mozos? No me digas. Una pesetica de paga me daba a mi mi padre tolos domingos. ;Hola! Y ;contentol... Ve- te ahora, vete! El mas chaval de ellos lleva en el bolsillo los dias de fiesta lo menos un par de duros! zY lo mal hablaus que son, lo mismo ellas que ellos? zY lo tarde que vienen a casa el domingo? Cuando yo tenia veinte afios, €ra ya un mozo que temblaba; y alin recuerdo que mi padre (que en gloria esté) me solia ers cuando me veia ir a la plaza, después de comer... (;So! so! jso! ; tio ladrén! Un cuartal de cebada te has comi-

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