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286 Colorin Colorado Lo positivo y lo negativo, lo relativo y lo absoluto, lo feo y lo hermoso, lo triste y lo alegre, lo grande y lo pequefio, to espiritual y lo material, todo cabe debajo de ese yocablo, con el cual cubrimos todas las ideas, como un gorro elastico que se ajusta muy bien a la cabeza de un nifio, y tapa perfecta- mente la cabeza de un gigante. Asi es que hay capitales tremendos y capitales tremendas, deudas tremendas, cegueras tremendas, monstruos de feal- dad tremenda y flores de tremenda hermosura, nifios tremen- dos y hasta gallinas tremendas, pese a la literatura, que del hombre cobarde y “poco tremendo”, dice que es “un ga- ilina”. Cinco predicadores se reparten entre si los sermones de un quinario. Todos ellos se diferencian en ei lenguaje, en el estilo, en la accién y en la materia que van a tratar; y no obs- tante es bien posible que los cinco resulten tremendos. —Vamos a ver zqué le parece a Vd. de los oradores de estos dias?— ;Oh excelentes! E! primero se eleva como las Aguilas. Con frases magnificas traza cuadros sublimes que arre- batan al espiritu. Cada frase suya @€s un relampago, y cada relampago encierra una idea admirable. ;Le digo a Vd. que es tremendo! El segundo se distingue por ia elegancia en el decir j;qué construccién! ;qué corte tan clasico de frase! y j qué accio- nado!;-es un actor, y un literato. Pero ;qué tremendo! Pues zel tercero? tiene una dulzura, y una manera de in- sinuarse, y una uncién evangélica que lo hacen irresistible. ,Ha oido Vd. hablar del Padre Ravignan? Pues tan. tremendo como él. Pero el que quiera temblar, que vaya a oir al predicador del cuarto dia. ;Parece e| Beato Diego de Cadiz resucitado! 7Con qué impetu tan avasalilador persigue el. crimen sacandolo a la publica verglenza! ;Ese si que es tremendo! En cambio el orador del ultimo dia ha defraudado las es; peranzas del publico. Los sablos dicen que vale mucho, pero el pueblo no le ha comprendido. Pero su voz es terrible y hace temblar las columnas del templo con ella. ; Tremendo! Se ve, pues, que fla palabra “tremendo” es el adjetivo dbli- gado en toda descripcién popular. Y llamo descripcién popu- lar a la que se hace en la conversacién, aunque la haga un intelectual. Y si hubiera un Gobierno de esos tromendos que quisie- ra y tuviera poder para desterrar del lenguaje esa palabra,

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