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242 Colorin Colorado médico ordendé, como reconstituyente el mas eficaz para apre- surar la convalecencia, aceite de higado de bacalao. Y aqui empezé el segundo martirio para la mama. Porque lo mismo fué aplicar a la enfermita la cuchara 2 los labios con el repugnante medicamento, que arrojar ambas cosas, diciendo que aquelio era muy malo, y no Io queria tomar. : —Pero, hija mia, témalo, le dijo su mama. Tomalo, mira que te vas a morir si no lo tomas. —Que no y que no. —Pero si @s cOsa de un momento... Y después, te tomas este terrén de azticar, ysabes? Y ademas te comprare una mufieca parlante y te Ilevaré al cine. —Que no. Desesperada la mama, y no sabiendo cémo vencer aquéila obstinada resistencia acudié al tio Lucas para ver si le ensefaba alguna estratagema que la sacase de aquel apuro. (Los lectores conocen ya al individuo. Es el que le curd a la beata Gregoria de todas sus beaterias aterrandola desde el altar mayor). Pero ei tio Lucas contesté esta vez que no estaba para cuentos, porque el temor a uma guerra con Rusia Io tenia preocupado y le habia paralizado totalmente la mollera. Asi andaba el asunto, 0 mejor, asi estaba parado, corriendo los dias para la nifia, sin dar un paso en su restablecimiento, porque dofia Elvira forcejeaba para que su nifia pasase por el aro, y la nifia contestaba siempre que no, y que “tijeretas han de ser”, cuando una tarde, estando la madre y la hija en la sala principal, la madre cosiendo y la hija jugueteando a su lado, empieza a llegar a sus oidos un ruido terrible y acom- pasado, como de alguien que avanza lentameénte por ej corre- dor en direccién a la sala, caminando con zapatos de hierro. Miraron ambas hacia la puerta con la alarma pintada en sus rostros, cuando he aqui que la puerta se abre de par en par, dibujandose en el fondo una figura terrorifica, vestida de negro de arriba abajo, y con la cabeza cubierta de un ca- pirucho de mas de una vara de largo. Pareocia propiamente uno de los enlutados de Viernes Santo. —j{Ay, mama! ;Ay, mama! grité desesperadamente Ade- lina apretandose al régazo de su madre, al ver que el fan- L ; |

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