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24 Colorin Colorado _ el vasco.a los castellanos, y el gritgo a los vascos, aunque no hayan leido a Deméstenes ni a Campion. Oscilaba entre ios quince y diez y siete grados, y cada ta- berna donde se vendia, y cada montafiés que lo cataba era un surtidor de jolgorio, cantares y alegria. Habia, sin embargo, un montafiés, que, despues de beberio ne to encontraba “muy alla”, y decia, mientras se tambaleaba, marchando trabajosamente de {a taberna a su casa: —“;¥o no sé por qué demonios ie ilaman fuerte al vino del tio Viruta, cuando no puede sostenerlo a un hombre!” Volviendo, pues, al héroe de mi cuento, digo que era un hombre honrado a carta cabal, de medicno ingenio y fidelisimo en sus tratos y contratos; y en cuanto a su caracter, advierto que Je ilamaban Viruta el cantador, por 10 mucho que cantaba por los caminos. Con eso esta dicho todo. Pero tenia un vicio enorme que afeaba todas esas bellezas, y era que al hostigar a sus mulas en los pasos dificiles, toma- ba en su boca el santo nombre de Dios, y no para bendecirlo. Su parroco D. Martin, que ic habia bautizado, no le dejaba sosegar en cuanto topaba con él o sé le ponia a tiro. ~—jPero hombre, Atanasio! ;Pero Atanasio, per Dios! jEsa lengua! ;Esa maldita lengua! ;No tienes otro defecto que ése, pero ése es garrafal!” »> ~>é ¥_ qué le vamos a hacer, D. Martin? contestaba él, son- riente. ;Bastante lo siento yO; pero las cosas vienen asi! —zConque las cosas, @s decir, los pecados vienen asi? ;Los pecados no vienen, sino que los traemos nosotros, Atanasio! _ Mire usté, D. Martin z quiere usté que le diga toa la verdad? —Dila. ~—Pues si yo juro, es porque no puedo ‘menos. Hombre, explicame eso. 3 Si sefor; porque en los casos de apuro, cuando hay que apretar zsabe usted? si no Juro, jas muias fo tiran como deben. =—zConque no tiran? ¥ épor qué te parece 5 ti que ho tiran? —Pues porque no. —Tu eres un majadero, un animal que. debias estar atado al pesebre con ellas, ~~Atado al pesebre yo? ,Por qué? —Pues porque si. —Esa no es razén, D. Martin. i —————