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por Pepito*‘Reyes 201 el mendigo estaba, se empinéd sobre las puntas de sus pies, y le dijo al oido en voz baja, pero muy expresiva y aparentardo gran preocupacién y alarma: Ha dicho mi padre que si no se marcha usté de aqui ahora mismo, va a salir, y con un ga- rrote grande que tiene, leva a calentar a usté las costillas. Corra usté que tiene mucho mal genio”. Y afiadié en seguida en voz fuerte, volviendo la cara hacia el interior de la casa: —;Padre, dice que no quiere! Entendié el tio Crispin, al oir a su hijo, que el “pobre” aquel no queria entrar a comer con ellos, vaya usted a saber por qué reparos que se le pondrian en la imaginacién; y, al contrario, el mendigo entendiéd que el pequefio comunicaba a su padre su resolucién, la del mendigo, de no marcharse de alli. —gZQue no quiere?, grité el zapatero levantandose y cogien- do el chuzo (porque, como se ha dicho ya, no podia caminar sin él), gcémo que no quiere? ;Eso se vera! —Y saliéd a la puerta, con el propdsito de insistir con el mendigo, para que aceptase la invitacién que se le hacia. Este que vid venir hacia si al duefio de la casa armado dé semejante tranca, palidecié subitamente, creyendo Ilegada su ultima hora, y @scapé de alli con toda la celeridad que permi- tian su flaqueza y sus afios. Ei tio Crispin, renqueando, y como pudo, echo tras él. —Venga, hombre, venga, le decia el caritativo artesano, sin dejar de seguirle. Por qué corre usted? z,Qué es lo que- ceme? Pero el “pobre” corria cada vez mas. Detuvose por fin el zapatero, y apoyando las dos manos en su garrote (porque iba un poco cansado ya) grité at men- digo: —,Vuélvase, hombre, vuélvaseé, porque aunque lo que le ofrezco no alimenta mucho, al fin callienta! Excusado es decir que, al oir estas Ulimas expresiones, el “pobre” apreté todavia mas el paso y no pardé ya ni en el pueblo. —Pues sefior, decia el bueno del tio Crispin, volviendo a su casa verdaderamente descorazonado, aqui ha pasado una cosa que yO no entiendo. ;No la entiendo!l... A no ser que el pobrecilio este, al verme a mi con el palo, haya creido que le perseguia para pegarie... Eso ha debido de suceder, sin duda alguna. Pues mire usted, siento mucho esa equivocacion; la : ' siento pero muchisimo. Porque, yo no sé porque sera, pero es

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