BCCPAM000R48-1-33000000000000

Por Pepito Reyes 191 —Traigala, traigala, contesté el Abad, alborozado como un nifio. Aunque... Oigaa... me oourre otra cosa, hermano Fortu- nato, —Usted dira, Padre Superior, respondié Fortunato dete~ niéndose. —No quiero recibir la sorpresa yu Solo, sino junto con la venerable Comunidad, que ansia el ver el fruto de ta ins- = piracién de usted, lo mismo que yo. Voy a mandar “tocar a Capitulo”, y usted se presenta alli com su Obra para que la admiremos todos. gLe parece bien? —Mejor que bien, Padre Abad. Eso va a ser para mi un honor que nunca agradeceré bastante. Diez minutos después, la campana interior de la Abadia sOnaba grave y acompasadamente, Ilenando de ecos fantastioos todos los corredores y arcadas del religioso edificio, y como si aquellos sonidos fueran una misteriosa evocacién, empezaron a surgir en s€guida aqui y alli y en todas partes, monjes y mas monjes, de habito blanco, que con las manos en las man- gas y la vista en el suelo, se encaminaban hacia la Sala Cab pitular. El ultimo de todos Hegé el Padre ‘Abad, el cual, después de ocupar la presidencia, dirigié a sus subditos el siguiente dis- curso: “Venerables y carisimos Padres y Hermanos mios en el Sefior: A las puertas de este Santo Monasterio Ilegé hace unos cinco meses, como a todos es notorio, un viajero que se encon- traba en la mas precaria situacién, tanto corporal como econd- mica. Se le acogié con la caridad debida a todo menesteroso; y habiéndonos manifestado que era imaginero de profesion le en- comendé la confeccién y el tallado de una imagen colosal de mi Patrono San Cristobal, objeto que, como sabéis, constituye para mi hace algun tiempo una verdadera ilusién. Aceptd el huésped el encargo y empezé a trabajar; pero el éxito no ha respondido ni a mis deseos ni a los suyos, porque entre la idea del artista y la escultura, se ha interpuesto tenazmente y con hostilidad implacable, ese enemigo terrible de todos los que trabaJan en Imagenes de madera, “el nudo”. “La osadia, Iamémosia asi, de este enemigo, ha sido ver- daderamente extraordinaria. Se manifesté primeramente en el pecho de la Imagen de mi santo Patrono, y tuvo que desistir el _—

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz