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; i 190 Colorin Colorado cad‘simo artefacto que tengo proyectado, los nudos me favo- recen. Yo los tomo por mj cuenta, yo los desfiguro, yo los transformo, y ellos contribuyen a dar a mi Obra elegancia, fi- Pura y variedad. —Pues no hay mas que hablar, hermano Fortunato. ;Mu- cho énimo, y a trabajar de nuevo para darse el gusto de tomar la gran revancha. Efectivamente, en los tres meses largos que duro todavia su permanencia en el monasterio, Fortunato trabajé y apreté de veras, mas que en las fibras lefiosas del cerezo, en las alu- bias rolas y en los garbanzos de Castilla, de los cuales se co- mia cada soperén que met‘a miedo. Tanto potaje, tanta vitamina y tanto nitrégeno produjeron, por fin, el efecto total, esperado, buscado y apetecido. Fortunato se ve’a grueso y se sentia fuerte; y no solamente fuerte, sino pletérico. Para comprobarlo con exactitud, corrié un dia a la bascula y saité sobre ella, viendo que la palanca se lanzaba impetuo- samente hacia arriba, como si fuera a dispararse contra el techo. Mird el marcador y observé que sefialaba 86 kilos. —;016!, exclamé ebrio de jdbilo, dando un brinco en lta misma plataforma. “;86 kilos!”, ;aqui queria yo tlegar! 48 pesaba al entrar y 85 peso ahora. ;Negocio redondo, Fortunato! jEsto se acabdé! ¥ desde alli se encaminé a la celda abacial, dando en la puerta dos golpecitos con los nudillos de la mano derecha. ~—;Pdelante!, contestaron desde adentro. —yReverendo Padre Abad!, dijo el artista con gran énfa- sis, entrando en la habitacién. —2Qué ocurre?, respondié el monje. —Pues lo que Ocurre es, contesté el huésped estallando de regocijo, que si las alegrias de este mundo no son perpe- tuas, tampoco las penas lo son. ~Comprendido. Triunfo tenemos, zno es verdad? -¥ completo, magnifico y espléndido, Padre Abad. Ei cielo se ha compadeolde per fin de mi, y me concede hoy un dia de gozo inenarrable. —Pues “benedicamus Domino”, Fortunato. —“Deo gratias”, P. Superior. ° —Créame usted, afiadid el Reverendo, levantandose de su sifla, qué mi satisfaccién @s muy grande. P ~Mayor, sin duda, es la m‘a. Voy ahora mismo .al estudio a traerle mi obra nueva, que seguramente le va a arrancar un grito de entusiasmo.