BCCPAM000R48-1-33000000000000

166 Colorin Colorado Beata beata Beata Gregoria Méteté en el cesto, Y stibete a-la gloria. ~Pues acépto, Sefior, contests resolviéndose, la tia Gregoria. Acepto, si, Dios mio; y agradecida, agradecidisima a tan grande, a tan insigne favor. . Probé entonces a meterse én el cesto, pero impidiéndole el peso de su cuerpo saltar comodamente la valla, tomé un _baneo que habia alli cerca, y -sirviéndose de él como de trampolin, se dejé caer de golpe en aquel fondo oscuro, qué- dando medio envuelta en azucenas, dalias y claveles.- Una vez dentro, se acomodsé bien, cruzé las manos delante del. pecho, puso los ojos en blanco enfilandolos hacia arriba, y sintié6 entonces cémo aquel globo elegante se despegaba de! suelo, y empezaba’a subir lentamente por el espacio, mientras la musica cantaba entre arpegios dulcisimos y arrebatadores: Reata --Deata BY Aitz hy. opine Beata, Gregoria L ' Ya estas en el cesto, Ya vas a la gloria: ' Pero entre la’ tierra de donde se despedia, a su parecer, para siempre la tia Gregoria, y el cielo a donde se encamina- ba, debia de haber entonces, curioso lector, algun granuja. El oual granuja, sacando del bolsillo de la gabardina un cuchillo cabritero, cuando el cesto se hallaba a unos dos me tros de altura, aplicéd a la maroma.su . reluciente filo, y en menos tiempo que el que cuesta decirlo, ris-ras, la seocioné en dos partes y ;cataplim! ;Alla va eso! ¢cesto, maroma, flores y beata se derrumbaron ‘sobre , el pavimento de ia iglesia con éspantoso estruendo. — Ei susto de la “aviadora” fué morrocotudo y el coseorrén que se Ilevé de segunda clase, Digo de segunda clase, porque el pavimento era de madera, que si es de pledra, alli se acaba ella con todos sus rezcs. ” Lévantése rénqueandod y como pudo, y al contemplar con sus Ojos aquel estropicio, al ver aquellas flores désparramadas por 6] suelo, y aquel cesto en medio de ellas, mondo y lirondo. escueto y desnudo, como para ir a vendimiar con él, exclamsé Kile ie” OR a ee is ei a,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz