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5 CCoolorin Colorado — su familia bastante dinero para librarlo, comprando un susti- tuto, Miguel tuvo que marchar al servicio. En el dia de la despedida, el tio Esteban, la tia Fernanda (que asi se Ilamaban sus padres) y Carmencita acompafiaron a Miguel hasta el camino real, por donde habia de pasar el coche que lo habia de llevar, por de pronto, hasta la capital de la Provincia, Desde alli, Dios sabe a donde iria destinado. Miguel estaba sereno y su pedre también aparentaba estarlo, pero la tia Fernanda y Carmencita no hacian mas que Ilorar y lamentarse, tanto que el tio Esteban les dijo, por fin: —“Pero za qué vienen tantos lamentos? zAcaso so separa Miguel de nosotros para siempre? Ahora no hay guerra, y, segun dice el sefior cura, no hay peligro alguno de que estaile, de modo que dentro de dos afios, ya lo tenemos otra vez a Miguel én casa. ;Animo, pués! ” — {Pues claro!—afiadié el muchacho—. Y antes también ven- dré, porque a los que se portan bien les conceden facilmente permiso, y yO procuraré portarme lo mejor que pueda. Liegé €n esto el coche tiraco por cuatro cabatlos, y antes de subir, besaron a Miguel su macre y su hermana; y su padre, después de besarle también, le dijo: —Esoribenos con frecuencia, hijo mio,’ y nosotros también te escribiremos; y si tienes la suerte de que te toque de guar- nicién en la capital, antes de dos meses te haré una visita. Te lo prometo. Soné entonces en el aire el restallar de un latigo; luego, un grito del mayoral, y el coche arrancG, desapareciendo a los po- cos minutos en_una curva de la carretera. El tio Esteban pudo cumplir y cumplié lo prometido, visi- tando a su hijo en la capital, donde estaba destacado e/ regi- miento a que pertenecia. Un poco azorado anduvo por las calles, interrogando a uno y a otro, para eneontrar ei cuartel, pero al fin lo encontré, y | parandose ante el portalén, donde habia un grupo de soldados, les preguaté, después de saludaries con tate cortesia: —zEsta aqui Miguel? ~—gQué Miguel? — preguntaron ellos a su vez. E —Pues un muchacho alto, fornido y que es militar como vosotros. : : —;El “Rubio”! —exclamé uno de ellos—. zgTiene el apelli- ; do Lasarte?

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