BCCPAM000R48-1-33000000000000

DOS TESTAMENTOS Estaba para monNr un hombre anciano y labrador, y se ha- llaban junto a su lecho los dos hijos que tenia, uno muy tra- bajador y hacendoso, y e! otro, flojo y holgazan. Sefialé la hacienda correspondiente que le dejaba al pri- mero, y luego, dirigiéndosé al segundo, le dijo, entre otras cosas: : : —Ademas, hijo mio, te dejo en herencia esa vifia preciosa que tenemos cerca dé! pueblo. —;Gracias, padre!—contesté el hijo. Horando. —Pero te pido una cosa, hijo mio.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz