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——< Hueso, hueso. — Carne, carne. —»¿A quién, a quién? —»A la más hermosa» (1... La grata alborotada risa de todas, espantó una bandada de pájaros en el vecino zarzal. No de otro modo se disipó la niebla de la E frente del joven. Pero la muchachas luego: al —¡Pobrecito! —decian—. ¡Qué digno es de y compasión! PP. En cuanto pasó la puerta de la sidrería —¡qué de saludos y espaldarazos!—, bien se empeñaron sus amigos en aliviarle la pena. —Bebe—le decía uno. —Toma—le decia otro. » —La tercera—le añadía un tercero—; que 3 » . ? ésta te ha de dar vigor para vencer al negro p moro. k . . . E —Bebe, amigo, sin escrúpulo—agregaba Bi: otro—; que sabe Dios cuándo lo podrás ha- Bi cer otra vez de mi mano. mi lo (1) ¡Exur-exur! Mami-mami. Juego de prendas. En los gerezi-ja- te , teak (comida de cerezas), entre muchachas, una toma un hueso de la e fruta entre las yemas de los dedos e inicia el diálogo con todo el co- E rrillo, Al llegar a la segunda respuesta, prosigue ¿Zeiín da ederrena? dy (¿Cuál es la más hermosa?) y según la respuesta que haya obtenido, Me á apunta oprimiendo el hueso, que sale disparado coutra la cara de la d , designada, la cual, como es natural, esquiva el golpe si puede. 55

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