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Y de las quince que tenemos, a ninguna se le ocu- Si así hubiésemos alimentado al gato [rre poner. hace rato que los hubiera puesto. —Andan llenas de bichos y suciedad. La más sana tiene diez enfermedades. No pueden arrastrar las andrajosas plumas, Que son más largas que las sayas de las ancianas. Da vergúenza ver a las muy desaliñadas Sin las plumas traseras de la cola, ¡haraganas! Con los cuellos rojos, muy rojos, al descubierto, Cual las señoritas, allá van saltando todos los días A la heredad, tiesita la cabeza, tan pronto como Barrunten algún sembradio. Después, los vecinos todos murmuran. A poco que sople el solano, Como si no tuviéramos bastante con las viejas Del vecindario... ¡qué disturbio y escándalo El que allí se arma! Las quince a una Se ponen cluecas, como las viejas. ¡Vete luego a recoger los huevos! m7 E E PT Días pasados encontré a las quince reuniditas Calentando, a empellones, el huevo huero. 97

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