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idénticos argumentos han mostrado predilección nues- tros viejos poetas. Otro artista popular escribia en oca- sión parecida: «El marido había comprado en la feria de Pamplona una yegua. Cuando al amanecer volvía a su casa halló a su mujer, que en el dintel de la puerta le esperaba con el candil en la mano. Dijole ella: «Es bien detestable la yegua Y por añadidura vieja. Por ella has malgastado los ahorros del hogar... Tentada estoy de vender por cinco suses La yegua y el marido.» Alguien del jurado calificador del Certamen designó a la poesía «Gure Astoak» como la más digna de ser premiada. Semejante a ella por el corte y género poéti- co es la otra poesía de Jakakortajarena, «Amandrearen Oloak». Las dos, bucólicas, festivas y satíricas. Sirvenle al joven poeta como materia de sus alegres poesías la es- terilidad de unas enclenques gallinas y las flaquezas fí- sicas de unos miserables asnos. Los poetas vascos han solido cantar en versos satíri- cos la desgraciada vida de animales ruines y contrahe- chos. Y no es, precisamente, de hoy esa tendencia poé- tica. Son varias las poesías de este género dignas de recuerdo. Son de sabor marcadamente popular «Iruña'ko beo- fa»—La yegua de Pamplona— e «Ixtkefaren zamaria» —El mulo de Ixtkefa —; magníficas «Ikhazketako man- doa»—La mula del acarreo de carbón—y el «Meetegi'ko txakurra»—El perro de Meetegi—del poeta Zaldubi; más xv