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tos reflejados por las ondas y alegrarán el puerto con sus vibrantes irrintzis... ET SUSCIPIENTES OSCULATI SUNT «Ujujuí..! ¡Hurra..! ¡Firme al remo..! ¡Sal- vad los bancos..! ¡Más todavia..! ¡A una to- dos con noble coraje..! ¡Firme, muchachos, que el puerto nos abre sus brazos..! Entre- mos antes que caiga la negra noche...» * .. Mirad los inquietos bateles emitiendo en el azul opalino bocanadas de humo gris: Ya se inclinan al empuje de los nervudos bra- zos, que van tejiendo con sus remos el líqui- do seno de las olas. ¡Abur! valiente tropel de barcas. Veo el ancho margen de espuma que dejáis atrás. Ya cubren el puerto en confuso alineamiento; y al abrazarse madres e hijos, adivino el in- menso alborozo de la bienvenida. 133 y

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