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Ya se alejaron soñando en una abundante pesca. Se ocultaron en la superficie del mar sin límites... En pausado columpio, a im- pulsos de los remos, unas veces aquí y otras allá, a merced de las olas durante las largas horas del día. * .. Ya se alejaron los pobres, llevados por la necesidad. Sin descanso ni sosiego, ya luzca radiante el astro del día, ya ruja horriísono el mar tempestuoso, doblegados siempre ba- jo el yugo de la pesca. .. Se fueron antes que rayara el alba, pero aun no se les ve volver. ¡Qué de redes, y de remos, y de jarcias! ¡Cuántos peligros, qué confusión, llevados de aquí para allá por las inquietas olas! * . Ya la luz del crepúsculo ha teñido de opa- linos resplandores las cumbres de las mon- tañas y las rocas de la costa... Muy pronto las barcas, cargadas de abundante pesca, lle- garán al puerto haciendo vibrar con su mú- sica no aprendida las crestas de la ciudad. 129