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XAXVI. - La Nueva Nave del Santuario - No fué sólo obra de adorno o de conveniencia, sino de absoluta necesidad, imprescindible para tantísimos fieles como afluyen de todos los ámbitos de la Capital, de sus contornos y de los pueblos más remotos de la República, personas muchas veces delicadas y ancianas y expuestas a grandes molestias por falta de espacio; imprescindible para tantísimos ni- ños de nuestro colegio y de nuestros catecismos, que, en sus comuniones y demás funciones religiosas, carecían de local donde colocarse con hol- gura; obra urgente en este extremo radio de la ciudad, en que, en una enorme extensión a la redonda, no hay otra iglesia, adonde puedan acu- dir fácilmente los fieles, cuyo número va creciendo de día en día. Comenzóse la obra el mes de febrero del año 1926, siendo su arqui- tecto director el Sr. Ernesto Pfretschner, especializado en construcciones de iglesias y autor del plano de ampliación. El día 9 de octubre del mismo año celebróse la solemne inauguración del ensanche o nueva nave de nuestro Santuario, que bendijo un Dele- gado del Administrador Apostólico, Mons. Fortunato Devoto, celebrando a continuación la santa misa, solemnizada con órgano y un selecto y nu- trido coro de voces. En la magnífica alocución aue pronunció el Rdo. P. Francisco Reverter hizo destacar, feliz y elocuentemente, aue la nueva nave fué una bella ofrenda aue los devotos de Ntra. Sra. de Pompeya, al par que los PP. Capuchinos, hacían a esta soberana Reina del Rosario en memoria del séptimo centenario de la muerte del Seráfico P. S. Fran- cisco, a quien está dedicado el altar, costeado por la V. O. Tercera. IN S , S Ne Y Ñ Ú La función, aue resultó espléndida, fué presenciada por numerosa 7 concurrencia de fieles, aue llenaba las dos naves del templo; asistiendo durante toda ella con velas encendidas, como camareras de la Virgen y madrinas de la ceremonia, las Sras.: Adelia María H. de Olmos, María Salomé F. de Iriondo, Dámasa Z. de Saavedra, Leonilda B. de Brousau, María J. S. de Campomar, María J. C. de Linari, Isabel S. de Raggio, Carmen E. de Campomar, Silvia V. de Bignani y las Srtas. Delia y Clara Lanús y María Ester Miguens. Esta nave hermosea y completa la obra del Santuario y le da una capacidad para doble número de personas. Por el exterior, su portada, su torre, y los muros y ventanales conservan la vieja línea gótica, la que ha resultado beneficiada con la nueva ampliación. El interior presenta el mis- mo golpe de vista que antes, pero realzado por las hermosas Y elegantes diagonales, aue partiendo del arco del ábside, rompen la monotonía de ' / simples arcadas de la antigua nave. La comunicación de esta con la nueva inaugurada, hecha por medio de un valiente y elevado puente gótico, da S más luz al altar mayor y al resto de la iglesia, y, sin desfigurar la antigua SS obra, ofrece la nueva un conjunto armónico y severo como consecuencia Ñ de la buena distribución de la planta; de la altura de sus muros, sencillos y pero de líneas firmes; del juego de medias columnas que imitan el gra- l nito, con capiteles originales; de la elegante galería aue los circunda; de N los amplios ventanales con artísticos “vitraux” de Munich, y de la bóveda N cortada por clásicas aristas”. Revista Nueva Pompeya, No. 31. SS Y 7 y)! 89 ESAN E rmsmo A