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Clorinda Iriondo de Irigoyen bronce dorado y multitud de láminas del mismo metal dan al altar cierto aire de riqueza, majestad y buen gusto, que lo alejan de lo común. La imagen de la Santa yacente encerrada en magnífica urna de vi- drio, obra de los señores Castellanas, y colocada debajo de la mesa del altar, atrae poderosamente la atención. Es también muy notable la es- tatua de la Virgen de Asís que ocupa el centro del retablo, cuyo con- junto es de lo más artístico que encierra el templo pompeyano. El Santuario posee dos magníficas custodias; una monumental, de plata y bronce dorado, de un metro y setenta y cinco centímetros de al. tura que está fija en el tabernáculo expositorio del altar mayor y otra de María Salomé Freire de Iriondo oro y piedras preciosas portátil, de 0.62 cm. de altura, que va asenta- da en la mayor fija Y sirve para dar la bendición en las grandes solemni- dades. Ambas fueron fabricadas por la Casa Bertarelli de Milán con los donativos de oro, plata y piedras preciosas hechas a Nuestra Señora de Pompeya, bajo la dirección y cuidado del Sr. Luis Barra, de esta Plaza. La bendición de dichas custodias se verificó con toda solemnidad el día 20 de agosto del 1927 por el Excmo. señor Nuncio de su Santidad, Mons. Cortessi, ocupando sus lugares en el Prebisterio las Damas que actua- ron de madrinas presididas por la distinguida Sra. Adelia María Hari- laos de Olmos, que iba acompañada de las Sras. siguientes: María Sa- lomé F. de Iriondo, María M. de Alvear, Ernestina O. B. de Lavallol, 52