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XXVII. - El Claustro de la Iglesia de Nueva Pompeya El día 28 de abril de dición e inauguración del nuevo claustro de Nueva Pompeya Y de las g y 1928 celebróse con toda solemnidad la ben- tres imágenes fundidas en bronce, donadas por la Srta. Delia Lanús, para ser colocadas en el nuevo recinto. Se inició el acto con la ejecución del Himno Nacional por la banda de Huérfanos de la Sociedad de Beneficencia, y luego el P. Reverter ini- ció un discurso en el púlpito del nuevo claustro, que se vió precisado a suspender, a causa de la lluvia que se desencadenó en ese momento. La concurrencia se dirigió entonces al interior del templo, donde el citado sacerdote prosiguió su oración sagrada, exponiendo brevemente la importancia del acto de la bendición del monumento e inauguración del nuevo claustro de Pompeya. Después habló sobre la necesidad del nuevo claustro recientemente construído para descanso de las multitudes de peregrinos que continua- mente visitan el santuario famoso. Hizo destacar el valor artístico de la obra, única en su género en América, trozo de arte medioeval, brisa de ambiente monástico, que nos traslada a los siglos pretéritos; comparó la variedad asombrosa de la columnata con la no menos pintoresca dife- rencia de almas y de creyentes que acuden a diario a guarecerse en este templo al amparo de la Madre de Dios; felicitóse de hallar en medio de la ciudad moderna y muy amada, un exponente del más subido arte re- a ligioso, honra de nuestras construcciones y orgullo de la arquitectura na- cional, y terminó animando a la piadosa concurrencia a una mayor de- voción y culto a la que es madre de todos, joya del humano linaje, con- suelo de las públicas calamidades, protectora de los débiles y de los pe- queños, amor de los corazones sensibles y de las almas puras. Las últimas palabras del orador fueron escuchadas por la numerosa concurrencia con verdadera emoción. Terminado el sermón y ya encalmado el tiempo, la concurrencia fué invitada a pasar de nuevo al claustro, donde el Obispo auxiliar de la Arquidiócesis, Mons. Fortunato Devoto, en representación del Sr. Arzo- bispo, Mons. Bottaro, procedió a la bendición del monumento y de las imágenes de la Virgen de Pompeya, y las de Sta. Catalina y de Sto. Do- mingo, que, como aquella, coronan la magnífica obra de arte levantada. Actuaron como madrinas en esta ceremonia, teniendo en sus manos las cintas papal, argentina y española, que pendían del monumento, la Srta. Delia Lanús, donante del mismo, y sus hermanas las Srtas. Clara y María Lanús. La banda ejecutó a continuación la marcha de Sta. Clara y los es- colares del Colegio de Nueva Pompeya cantaron la Salve, distribuyéndose después medallas alusivas a la ceremonia, con lo cual se dió por terminado el acto.

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