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Explicación para los niños. ¡¡Qué hermoso era Jesús a los doce años!! Era un ni- ño que sin ir a la escuela sabía más que todos los maes- tros. Era Dios, y no obstante, ayudaba en su casita de Na- zaret a San José y a la Virgen en cuanto podía y los san- tos esposos le oían embelesados hablar de las cosas del cielo que él conocía muy bien, pues de allí había ba- jado para salvar el mundo. Cuando Jesús tuvo los doce, años, fué una vez al templo con su Santísima Madre y con S. José para cumplir las prescripciones de la ley y en vez de volverse a casa con ellos, se quedó, sin avisarles antes, en el templo. Cuando ya se había ido toda la gente co- menzó a preguntar cosas dificilísimas a los escribas y doctores de Israel, los cuales se quedaban estupefactos ante aquellas atinadísimas preguntas, y más admirados aún de las respuestas que él daba sin titubear a las pre- guntas que ellos le hacían. Tres días pasó así siendo el Doctor entre los doctores y durante esos tres días la Vir- gen Santísima andaba desolada por calles y plazas y por todos los caminos que conducían a Jerusalén, preguntan- do a cuantos encontraba, si habían visto a su amadísimo Hijo, hasta que por fin, lo encontró en el templo, de don de había salido. Se abalanzó hacía El con todo su cariño de Madre y besándole le preguntó por qué no le había avisado. Jesús le respondió que El debía ocuparse prefe- rentemente de las cosas que miraban a la gloria de su Padre celestial, y con ésto lá Virgen se quedó muy conforme, pensando en que aquel precioso Niño era más