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a Explicación para los niños Cuando los niños oyen decir que llegará un día en que el sol, la luna, las estrellas, los montes, los mares y los ríos, toda la creación entera se moverá convulsa, vacilan- do como para caerse y hacerse mil pedazos, les entra un miedo terrible. ¡Qué horror! ¡los chicos se ponen a contar las estre- llas que ven en el azul del cielo, como puntitos de luz que se mueven, y se cansan y.se aturden: ¿cuántas son? Milla- res y millares y millones de millones. Dios que las creó sabe cuantas son. Pues llegará un día predicho por el Hi- jo de Dios en el Evangelio.de hoy, y todas esas estrellas luminosas, que son mundos mucho mayores que la tierra y que parecen tan pequeñas por las enormes distancias que las separan de nosotros, se saldrán de sus orbitas, perderán el equilibrio y serán lanzadas al espacio inmen- so como enormes bloques de piedra, empujados por un brazo omnipotente. ¡Qué miedo! ¿verdad? Ninguno de vo- sotros quisiera estar vivo en aquel tremendo día. Perfectamente; no es extraño que los niños tengan temor grande de sólo pensarlo; más espantoso será pre- senciarlo; y dice Jesucristo que los hombres y las muje- res ya mayores que lo presencien, se secarán de espanto y de pavor. Pero aunque nosotros hayamos muerto con mu- cha anticipación, estaremos todos vivos y resucitados pa- ra ver lo que sucederá enseguida que el Hijo de Dios, Je- sucristo en Persona, aparecerá en medio de esa conster- nación, imponiendo fin a todas las cosas y comenzando el Juicio final que ha de poner a cada hombre en su lugar