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— 257 — aquí, pues, que Jesús se lo ofrece en el Evangelio de hoy para servirles de medianero e intercesor ante el Padre ce- lestial, asegurando que todo cuanto pidan en su Nombre se les dará, lo mismo en favor del cuerpo que del alma, siendo conveniente; pues Dios, que nos quiere tanto, no podría darnos cosa mala, aunque se la pidamos, como una buena madre no da a su pequeño hijo, encaprichado en comer un veneno que es dulce, aunque llore y grite todo el día; le haría daño, le mataría, y la madre no consen- tirá en ello por el amor que le tiene. Para enseñarnos lo que hemos de pedir y el modo como lo hemos de pedir, está la Iglesia, nuestra Madre espiri- tual, que enseña el lenguaje y manera de dirigirnos a Dios con oraciones santas, además de la oración excelente so- bre todas, que es el Padre Nuestro, enseñado por el mismo Jesucristo. Nos enseña a pedir la luz para conocer a Dios, la doctrina de la salvación, el precio de nuestra alma, lo feo del pecado, lo santo de los Sacramentos, lo horroroso del castigo de los malos, y la belleza del cielo, que será la morada eterna de los buenos. A la Iglesia, pues, han de acudir los niños,como acuden a su madre,a pedir todas es- tas grandes/cosas. Han de pedir a Dios la fuerza para prac- ticarlas y la perseverancia en el bién hasta el fin: sinó, su alma se manchará, se enfermará y se perderá. Y ¡hay tantos niños ignorantes en las cosas de su alma!! Se con- tentan, como los animalitos, con comer y estar gorditos, mientras su pobre alma se muere de hambre junto a la me- sa del altar en la casa de su Padre celestial, que está de- seando enseñarles y alimentar su espíritu inmortal que ha de vivir siempre. Y no os hagáis la ilusión de que, en dejando de ser niños, ya podréis pasar sin rezar, nitendréis necesidad del magisterio y gobierno de la Iglesia; que podréis subir sólos la pendiente de la vida, venciendo enemigos y re- 17

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