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7 Di ES Diarios dos e acido A Se a mz. e pS A ez a YY rr CIRIO CARRO LEAR AAA RA cr AR Ei E A AA e Y A A en a ts di e > 9 dt =P trina sobre el acontecimiento más grande de la historia y le anuncia que ha llegado ya el tiempo en que los verdaderos adoradores de Dios le adorarán «en espiritu y en verdad» y se presenta como el Mesías esperado, y la mujer pecadora se arrodilla y le adora. Está por fin Jesús colgado en el patíbulo de la cruz, muriendo por los pecadores y uno de ellos que expiaba sus crímenes en otro patíbulo cercano le suplica: «Señor acuérdate de mí cuando estés en tu Reino», y al punto oye de aquellos labios moribundos las regaladas palabras que le dan el beso de paz «hoy estarás conmigo en el Pa- raíso», Argumento apologético Pero ¿de dónde viene a la oración el poder de con- mover el corazón de Dios? La oración es una elevación del alma a Dios Padre, inspirada por la humildad y por la confianza filial. En sintiéndonos hijos de Dios, ya estamos en posición apropiada para llegar hasta su co- razón. Vuestro corazón y el mío, vuestro pensamiento y el mío y el de todos puede sin intermediario terreno, sin palabras estudiadas conmover el corazón del Padre que tenemos en los cielos. Y como solamente Jesús, nuestro Hermano mayor, el primogénito antes de toda criatura», puede ostentar ante el Altísimo su título de filiación natural divina y llamarse Dios sin usurpar sa- crilegamente tan santo nombre, El sólo puede infundir- nos ese espíritu de Hijos para que como El llamemosa Dios «Padre» y «recibamos verdaderamente la adopción

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