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— 248— tal solamente pueden recibirse una vez, porque ponen és nosotros un sello que nos distingue definitivamente de todos los demás: y ese caracter santo lo marca el Espíri- tu Santo y nos da el ser y el llamarnos hijos de Dios. En la Confirmación nos imprime el vigor y la fuerza para pelear por Dios y por nuestra salvación; y en el Orden da al Sa. cerdote los poderes mismos de Jesucristo para ofrecer ej santo Sacrificio y perdonar los pecados. Ya véis si es importante conocer el don celestial pro- metido y dado superabundantemente por el Señor a cuan. tos predestina para ser herederos del cielo a una con Je- sús, que lo conquistó para todos con su preciosísima Sangre. Mucho cuidado, por tanto, han de tener los niños en no mezclarse con los malos; llevan en el alma el sello di- vino que los distingue; y si por contagiarse de la maldad tuvieran la desgracia irreparable de ir al infierno, allí mis- mo los demonios los distinguirían por el carácter que en sus almas imprimió el Espíritu Santo, y se burlarían de esos niños desgraciados más que de los paganos y genti- les por no haberse sabido distinguir de ellos en las obras, y haber ido a parar revueltos con moros, indios,ímahome- tanos y salvajes a aquel lugar de llanto sempiterno. Todo lo cual se evita sencillaemnte invocando constantemente ese Divino Espíritu que nos guíe, nos sostenga, nos con- suele, nos purifique y nos salve.
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