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4 3 4 *1 A PA il y ena > ta ed, ni 6 Explicación para los niños Las palabras que acabais de oir fueron dichas por Je- sús, cuando se levantó de la mesa después de la última cena, y se dirigía con sus discípulos a Jetsemaní, donde iba a ser violentamente prendido y donde comenzaría sy dolorosa pasión. Quería tranquilizarlos previniéndoles contra la tristeza que se apoderaría de ellos cuando le viesen morir ignominiosamente y se quedasen solos. No debían entregarse a la melancolía, ni dejarse envolver por la desolación. El vendría otra vez, le verían glorioso, los consolaría y convertiría su tristeza pasada en una ale- gría que el mundo no podría arrebatarles jamás; y... co- mo lo prometió, lo cumplió resucitando el tercer día y apa- reciéndoseles radiante de luz repetida veces. Lo cual de- muestra que Jesucristo quiere a sus discípulos siempre alegres y confiados en El, en su amor, en su gracia, en su poder. Los niños más que nadie necesitan estar siempre con- tentos. Cuando vemos un niño triste y retraido, pensamos que está enfermo o que está urdiendo alguna maldad; la alegría es el patrimonio de los inocentes, de los que es- tán sanos de alma y cuerpo. No os digo, pues, yo ahora que debeis estar siempre contentos, ya que éso es lo que buscais en estos años los más felices de vuestra vida; si- no que vengo a señalaros dónde está la fuente de la ver- dadera alegría y el procedimiento seguro para echar de en- cima la tristeza, si alguna vez hace presa en vosotros; és- to sí que os importa saber. Vivía hace pocos años en Ale- mania una niña llamada Elena Keller sorda ciega,y muda;