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Explicación para los niños Uno de los juguetes más bonitos que puede regalar- se a los niños es sin duda una casita de campo con árboles verdes y un prado donde pastan unas ovejitas vestidas de lana muy blanca. Los chicos se divierten moviéndo las ovejas, cambiándolas de posición, sacándolas y metiéndo- jas del corralillo de la casa. Y cuando salen esos niños del poblado y ven por el campo las ovejas de verdad pastan- do la fresca yerba, las señalan con el dedo a sus padres o acompañantes, llamándoles la atención lo contentos que están los corderitos junto a sus madres y los saltos y me- neos tan graciosos de los mismos. Al principio no repa- ran en el pastor; pero luego se fijan en el perro del reba- ño y les entra un poco de miedo si lo ven cerca: y si, más atrevidos, se meten por entre los animalitos, para tocar- los y jugar con ellos, sienten el estridente ladrido de los perros y entonces reparan en el hombre que cuida el rebg- ño y entiznden para qué está allí y, si se ven apurados, a él claman y él los defiende de los perros. ¿No es ver- dad? He aquí, pues, la imagen graciosa de Jesús en el Evan: gelio de hoy. Es el Buen Pastor y vosotros, como cristia- nos bautizados de su nombre y señalados con la santa Cruz, sois sus predilectas ovejitas o, si quereis, los tiernos corderos que cuida El con especial solicitud; ¡¡Ay de quien se atreva a tocarlos!! Luego lo amenaza con tremendos castigos, como quien toca las niñas de sus ojos. Jesús co-