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— 205— Explicación para los niños. «Este es el día que hizo el Señor; alegrémonos en él:» así canta hoy la Iglesia nuestra Madre, alborozada ante el triunfo de Jesucristo sobre la muerte. Se llama este día, día del Señor, Domingo: y el mundo cristiano lo san- tifica con el descanso dominical o del Señor. Jesús había pronosticádo repetidas veces el triunfo de hoy a sus ene- migos y para anticiparles una prueba de su poder sobre la muerte, había resucitado ante sus ojos a los muertos; ya habíamos visto el domingo pasado el entusiasmo del pueblo de Jerusalén ante el inaudito prodigio de la resur- rección de Lázaro, cuyo cuerpo se descomponía ya en el sepulcro. Así demostraba que era Dios, y como tal, due- ño de la vida. Desafiaba así a los judíos incrédulos ya sus hipócritas contradictores a que le matasen, asegurán- doles que se levantaría solo de la tumba al tercer día: ellos no lo creían y se mofaban de El. Cuando vieron a Lázaro resucitado y rebosando salud, pensaron, para aca- llar la fama del Divino Taumatugo, asesinar al resucita- do. Ya véis qué dementes y cómo les cegaba la rabia con- tra Cristo nuestro Señor. Si había podido llamar de la muerte a su amigo Lázaro y devolverle la vida una vez, ¿no podría resucitarle, aunque lo matasen diez veces?... He aquí por tanto, ahora a los miserables ante el milagro anunciado. Jesús,'a quien ellos mataron cruelmente, esta- ba otra vez vivo. Ellos se figuraban que crucificado y se-