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oa ii e e a A AA A A ini. e qu ai ha DA a Ra bi A o iaa EDAD SS in tr do, jugando, riñendo y haciendo mil travesuras indignas de un cristiano, mientras se celebra la Santa Misa o se ha. cen otras sagradas funciones. ¿No tendrían bien merecido que el Señor los echase a latigazos de su divina presencia, ante la cual los ángeles del cielo están arrodillados, in. dignados de ver la falta de respeto de los gusanillos que, arrastrándose por el suelo, desafían así la ira del Altisi. mo?... Mientras los niños cantaban y bendecían a gritos al Hijo de David, éste los defendía y los protegía contra las hipócritas molestias de los fariseos, y contra la ino- portuna intervención de los mismos discípulos, diciéndo- les a éstos: «Dejad que los niños vengan a Mí». Pero si los niños se vuelven malos, y sejuntan con los mucha: chos mal educados, y con los impíos que maldicen a Je- sucristo, y gritan el «Crucifige», Jesús los abandonará; ya no los quiere en su casa. Elegid pues, y sed desde ahora ángeles que siempre alaben a Dios y estén reverentes en su divina presencia.

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